
Hay alimentos con los que no podemos evitar preguntarnos cómo se han incorporado a nuestra dieta, y las tagarninas es uno de ellos. ¿A quién se le ocurriría comer por primera vez tagarninas? Un tallo nada atractivo, recio y con un aspecto que parece que incluso podría pinchar… La verdad es que sorprende que forme parte de nuestra gastronomía.
Seguro que la utilización de estos alimentos se debe a la necesidad de combatir el hambre, de alimentarse para sobrevivir; por ello, cuando el problema de gran parte de la población en la actualidad no es el hambre sino la sobrealimentación, desde este blog le estaremos eternamente agradecidos a las tagarninas, a la borraja y en general a todos los alimentos hoy en día algo olvidados pero que tanto han hecho por nosotros en épocas de escasez.
Sirva esta receta como agradecimiento y para intentar evitar que caigan en el olvido, porque unas tagarninas bien guisadas, gracias a la magia de la cocina popular, son un monumento. Esperamos que éstas os gusten.
Antes de guisar las tagarninas hay que lavarlas muy bien porque al ser un tallo y extenderse cerca del suelo, suelen venir con tierra. Una vez lavadas, hay que cocerlas unos veinte minutos antes de guisarlas, para que estén tiernas. A partir de aquí empezaremos el proceso de esparragarlas:
1.- En una sartén grande cubrimos el fondo con aceite y freímos 2 rebanadas de pan y reservamos.
2.- A continuación, añadimos más aceite si hace falta y freímos 4 ó 5 dientes de ajo cortados a láminas y cuando están fritos, reservamos la mitad junto con las rebanadas de pan.
3.- A los ajos que hemos dejado en la sartén junto con el aceite incorporamos una cucharada de pimentón y justo después unos 250 gramos de tomate frito.
4.- Mezclamos bien, añadimos las tagarninas y cubrimos con agua, subiendo el fuego para ligarlo todo.
5.- Cuando lleva dos o tres minutos cociendo utilizamos parte del caldo para añadirlo al pan y ajos fritos que habíamos reservado, y lo batimos todo. Una vez batido, lo incorporamos a la sartén con las tagarninas, salpimentamos y dejamos cocer hasta que el conjunto coja consistencia y alcance la textura deseada.
6.- Podemos freír con huevos fritos procedentes de gallinas camperas y tendremos un plato muy completito.
Una confesión: de las tagarninas nos encanta su sabor… y su nombre.
¡A disfrutar!
Me guardo la receta, que buena pinta!!!
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