Si la ambrosía es el alimento de los dioses, el adobo transporta los humanos al cielo, y aunque dicen que surgió como método para la conservación del pescado, hay quien mantiene la teoría de que, dada la afición de los dioses del Olimpo a descender a la Tierra para yacer con los humanos, éstos a su vez inventaron el adobo para buscar experiencias divinas.

De ser cierta esta teoría, con la cual nosotros comulgamos ciegamente, solo cabe una opción: el adobo es un plato para tomar acompañado; aunque solo también se puede, no lo vamos a negar, mejor en buena compañía.
Ésta es la explicación por la que el adobo es uno de los platos estrella en determinadas reuniones de amigos, como es el caso de la ‘Noche del Pescaíto’ que inaugura la Feria de Sevilla. Manjar de dioses para inaugurar una fiesta pagana en la que lo más importante es verse un año más y compartir buenos momentos con familiares y amigos simplemente para celebrar la vida.
Las ‘ferias’ son un elogio a lo efímero, un canto a la vida, la revelación de que el único tiempo que existe es el presente, un paréntesis en el espacio y en el tiempo, el lugar donde los límites entre lo divino y lo humano se diluyen, el territorio de los sentidos.
Así que estamos encantados de presentaros esta receta de adobo para que podamos compartir, más allá de las limitaciones espaciotemporales, una maravillosa ‘Cena del Pescaíto’ y brindar por la vida.
Ah, no olvidéis el maridaje: néctar de los dioses (es decir: una cerveza o una copa de manzanilla o fino bien frías).
Cazón en adobo:
Pescado: unos 200 gramos de cazón por persona
Para el adobo:- Vinagre de vino, blanco- Agua- Pimentón dulce- 4 ó 5 dientes de ajo- Laurel- Orégano- Comino
Para freír: harina de trigo especial para freír
1.- Nosotros hemos elegido cazón por ser uno de los pescados que más se utilizan en nuestra tierra para el adobo, aunque las opciones son muchas: boquerones, mero, caella, jurel, etc.
2.- El pescado debe estar limpio de piel y espinas, para poder comerlo de un bocado. Si no lo compramos ya preparado, nos tocará limpiarlo a nosotros y cortarlo en dados de unos 2 centímetros de lado aproximadamente.
3.- Recomendamos que como mínimo, el pescado esté en el adobo unas 8 horas para que coja bien el sabor, así que si lo preparamos la noche antes, mucho mejor. El adobo debe cubrir por completo el pescado y como referencia inicial, utilizaremos la misma cantidad de agua que de vinagre. Ahora bien, la proporción variará en función de que prefiráis que tenga un sabor más potente o por el contrario más suave. En nuestro caso, siempre ponemos más vinagre que agua, para que el adobo esté ‘alegre’.
4.- A esa mezcla de vinagre y agua incorporamos las especias: 4 ó 5 dientes de ajo machacados (con piel), orégano, comino, 2 cucharadas de pimentón dulce, sal y 3 ó 4 hojas de laurel. En general, hay que ser bastante generoso en las especias, ya que si no, el potente sabor del vinagre tapará el resto.
5.- Colocamos el pescado en un tupper y lo cubrimos con el adobo. Como decíamos, el pescado debe quedar totalmente cubierto. Tapamos el tupper y lo guardamos en la nevera hasta el momento de cocinar. También tenemos la opción de guardarlo todo en una bolsa de congelación y cerrarla herméticamente, con el menos aire posible, y colocarla igualmente en la nevera hasta que vayamos a freír.
6.- Unos minutos antes de enharinar sacamos el adobo de la nevera y escurrimos el pescado. Para que quede bien al freírlo no debe estar mojado, aunque tampoco completamente seco; debe estar ligeramente impregnado aún del adobo para que conserve más potencia de sabor.
7.- Mientras enharinamos el pescado, ponemos el aceite a calentar. Conseguiremos un mejor resultado si utilizamos una freidora a 180º y freímos pocas piezas en cada tanda para evitar que se baje la temperatura del aceite. Si utilizamos sartén, es recomendable poner bastante aceite, al menos unos dos dedos para que casi cubra el pescado, e igualmente freír en varias tandas.
8.- Freímos y cuando los trozos de abobo estén dorados y ligeramente crujientes vamos colocando las piezas que vayamos sacando del aceite sobre una fuente con un papel de cocina para absorber el exceso de aceite.
9. Servimos y, solos o acompañados, manjar de dioses 😉