El círculo tiene algo mágico, hipnótico. Quizás sea porque no tiene principio ni fin, o porque recoge en su interior algo tan intangible como el vacío. Quizás porque puede girar eternamente sin que se perciba su movimiento.

Quizás por ello las esferas de los relojes y los planetas son circulares.
Las curvas del círculo son seductoras, atrapantes. En cambio, las líneas rectas son bruscas, afiladas, surgen de la nada y al final se precipitan hacia el abismo.
El círculo y la recta son dos modelos incompatibles, también en nuestra relación con el planeta: el movimiento circular y sostenible, o avanzar en línea recta hasta el precipicio.
La forma en que nos alimentamos también es parte de nuestra relación con el entorno y el trinxat seduce por su sencillez y su sostenibilidad, un plato humilde y discreto a base de patatas, col y especias que no precisa más que lo que nos da la tierra.
Si os animáis a hacer esta receta, no olvidéis utilizar una sartén redonda para darle al trinxat esa forma circular tan eterna.
Receta de trinxat:
El trinxat tradicional es a base de patatas y col, pero nosotros lo personalizamos con todo tipo de verduras. En esta receta le hemos añadido acelgas, pero en otras ocasiones hemos utilizados zanahorias, espinacas…
Ingredientes:
– 750 gramos de patatas
– 1 manojo de acelgas frescas, unos 250 gramos aprox. (pueden ser congeladas)
– Col: también unos 250 gramos
– 1 cebolla
– 4 dientes de ajo
– Pimentón
– Especias al gusto: ají, curry, pimienta, cúrcuma…
1.- Pelamos las patatas y las cortamos en trozos pequeños, de un dedo aproximadamente. Calentamos agua en una olla lo suficientemente grande para cocer todas las verduras y añadimos las patatas. En total, deberán cocer entre 20 y 25 minutos, para que después sea fácil aplastarlas con un tenedor.
2.- Cuando llevamos 10 minutos de cocción, incorporamos las acelgas y la col, ambas cortadas en tozos también pequeños. En nuestro caso, en las acelgas incorporamos tanto las hojas como las pencas.
3.- Cuando alcancen los 25 minutos de cocción, retiramos del fuego y las vertemos en un colador para que escurra por completo toda el agua.
4.- Una vez que hayan escurrido, lo volcamos en un recipiente amplio y machacamos las verduras con un tenedor hasta conseguir una textura al gusto, aunque recomendamos que se noten trozos sin aplastar.
5.- En una sartén calentamos aceite y freímos los ajos pelados y laminados, y la cebolla cortada en trozos pequeños. Cuando la cebolla empiece a estar transparente añadimos las especias. Si quieras hacer el trinxat potente de sabor, puedes añadir pimentón, ají, curry, cúrcuma, algo de comino… Si no, puedes prescindir de las que consideres y potenciar una u otra, o incluso no utilizar ninguna y darle protagonismo a las verduras.
6.- Freímos unos segundos el ajo y la cebolla con las especias y antes de que se quemen retiramos del fuego y lo añadimos al recipiente con las verduras, incorporamos también sal y pimienta y mezclamos bien todo el conjunto.
7.- Finalmente, solo queda darle la forma final al trinxat: añadimos un poco de aceite en una sartén y calentamos a fuego fuerte; añadimos una cantidad suficiente para que quede un dedo de grosor, aplastamos con una espátula para que coja forma y cohesione, y mantenemos a fuego fuerte un par de minutos para que coja un color dorado; con un plato, como si fuera una tortilla, damos la vuelta al trinxat y doramos por el otro lado hasta alcanzar la textura y color deseados.
8.- Repetimos la operación en función de la cantidad de verduras y el tamaño de la sartén elegida.