
Onigiris
Nombres tan sugerentes como “El océano de las tormentas”, “El mar de la tranquilidad”, “El lago de los sueños” o “Las montañas de Tauro” no pertenecen a la Tierra de los Hombres. Corresponden a accidentes geográficos de la Luna de los Hombres en los que es posible comprarse un pedacito de terreno.
En una cena con amigos la forma esférica de los onigiris nos llevó a compararlos con lunas pequeñitas y de ahí, la conversación nos llevó primero a discutir sobre el ondeo de la bandera que Neil Armstrong y Edwin Aldrin fijaron en el satélite y luego sobre la posibilidad de comprar trozos de él.
El precio de 4.000 metros cuadrados de Luna es de unos 40 euros. La historia de por qué y cómo se pueden comprar esos terrenos es fácil de encontrar, solamente hay que escribirlo en cualquier buscador de Internet o bien teclear Dennis Hope y sale en los primeros resultados. Y también podemos encontrar rápidamente cómo comprar una estrella: por menos de 50 euros puedes tener la tuya en el firmamento, aunque el precio va subiendo en función de la visibilidad y luminosidad del astro.
Si la propiedad privada surgió como una norma de convivencia de la especie humana, resulta extraño aplicarla a planetas, astros, satélites o meteoritos que no hemos colonizado y en los que no habitamos, aún. Aunque esa norma quizás ya no sea el medio sino el fin, y ya nada tenga que ver con la convivencia, sino con nuestra propia esencia.
Pronto los informativos de todo el mundo anunciarán que sin saber por qué la Luna parece haber enfermado y que no hacen falta telescopios para observar cuadrados perfectamente regulares, todos de la misma superficie, 80 metros de largo y 50 de ancho, sumidos en la oscuridad, como si estuvieran borrados o como si la propia Luna los hubiera engullido.
También informarán de que algunas estrellas han desaparecido del firmamento y que la oscuridad se extiende paso a paso, inexorable, por todo el Universo.
Desde aquí abajo no lo percibimos aún, pero hay pedacitos de Luna que han empezado a desaparecer en su cara oculta como si le diéramos un bocado a un onigiri.
Receta de onigiris
El arroz de los onigiris es arroz de sushi. Para cocerlo, seguimos los siguientes pasos:
1.- La variedad de arroz de sushi posee mucho almidón, por lo que lo primero que tenemos que hacer es quitarle el exceso de almidón. Para ello colocamos el arroz en un bol o cuenco suficientemente amplio y lo lavamos: lo cubrimos con agua fría, lo movemos con la mano para que los granos de arroz rocen unos contra otros y cambiamos el agua. Repetimos esta operación entre siete y diez veces. Al principio el agua saldrá blanca y al final será ya casi transparente.
2.- Tras completar el lavado del arroz y haber eliminado el exceso de almidón, lo dejamos reposar unos quince minutos en un colador para que la humedad se reparta por todo el grano.
3.- Una vez transcurridos esos quince minutos cocemos el arroz. Para ello utilizaremos una cacerola si es posible de base ancha y lo que sí es imprescindible es que tenga tapa. Vertemos el arroz en la cacerola y cubrimos con agua; debe haber un 10% más de agua, en volumen, que de arroz. El arroz de sushi se cuece fundamentalmente con calor, por lo que con que el agua sobrepase con un dedo, o incluso menos, el arroz, es suficiente. Los tiempos de cocción son: los 3 primeros minutos a fuego fuerte (si es una placa de vitrocerámica tendremos que aumentar este tiempo a 5 minutos; con fuegos de gas e inducción, con 3 minutos para que empiece a hervir es suficiente), luego bajamos el fuego casi al mínimo (en placas de vitrocerámica e inducción, puede ser por ejemplo a 2 de potencia) y cocemos 15 minutos; finalmente, apagamos el fuego y dejamos reposar 5 minutos.
4.- La clave de la cocción del arroz: no levantar la tapa en ningún momento, hasta que concluya el tiempo de reposo.
5,. Una vez cocido el arroz, lo enfriamos para cortar la cocción y que no se pase, y aliñamos. Para enfriarlo, el método tradicional es un abanico, pero en la actualidad se utiliza un secador de pelo en la mayoría de los casos.
6.- Para aliñarlo, hay vinagres ya preparados en los comercios pero a nosotros nos gusta aderezarlo a nuestro gusto y utilizamos esta referencia: para aliñar 1 kg de arroz empleamos 130 mililitros de vinagre de arroz, 75 gramos de azúcar y 25 gramos de sal; hay que calentar el vinagre a fuego lento y sin que rompa a hervir, y diluimos el azúcar y la sal removiendo constantemente hasta que estén completamente diluidos. Lo preparamos con antelación para que esté frío y poco a poco vamos añadiéndolo al arroz, moviéndolo constantemente con algún utensilio de cocina plano de madera o silicona.
7.- La forma más habitual de los onigiris es triangular, pero también pueden ser circulares o incluso cualquier otra forma que queramos darles. Su concepto es como un bocadillo, que encierra en su interior el relleno.
8.- Para formarlos, es aconsejable humedecerse ligeramente las manos (se pueden utilizar además guantes de plástico de cocina, para que el arroz se pegue menos) y apretamos poco a poco con la mano, hasta conseguir la forma deseada.
9.- El relleno: el relleno puede ser muy variado y al gusto, como los bocadillos de pan. Además comparten con éstos el hecho de que la cobertura (el arroz y el pan) aporta los hidratos de carbono, y el relleno aporta una mayor proporción, por ejemplo, de proteínas.
Los onigiris de la foto tienen un relleno muy habitual en Japón, atún con mahonesa, pero podéis rellenarlos con lo que más os guste o apetezca: atún con tomate, salmón a la plancha, pollo teriyaki, setas shiitake, verduras a la parrilla o en wok, tofu marinado, huevos revueltos…
10.- Y para terminar, si queréis, los podéis decorar con una tira de alga nori que además le dará un toque crunch, o incluso pintarle unos ojitos y una boca, como una luna que coloreara un niño en un cuento.