
La percepción del tiempo depende de la velocidad con la que el sistema nervioso procesa la información que recibe a través de los sentidos. Para las plantas el tiempo no existe; la percepción en los peces es similar a la de los humanos y para las moscas, por ejemplo, el tiempo transcurre hasta cuatro veces más despacio que para las personas. Su sistema nervioso es mucho más ágil y en comparación, es como si lo percibieran todo a cámara super lenta.
Pienso en las moscas que al final de su vida ya casi no pueden levantar el vuelo y se desplazan lentamente por el suelo, torpes, con espasmos desesperados, como un bacalao en la cubierta de un barco que intenta e intenta e intenta llegar de nuevo al agua para respirar. Pienso en la dramática percepción de esas moscas al ver colocarse, y bajar a cámara lenta, un pie sobre ellas.
Esas moscas moribundas recuerdan a las personas mayores, también lentas, pesadas, torpes en el movimiento, para las que ya el tiempo también transcurre posiblemente hasta cuatro veces más despacio, y que también perciben cómo poco a poco ese mismo pie, que todos compartimos, se va posicionando sobre ellas.
Receta de Pastéis de bacalhau (o pasteles de bacalao)
Los pastéis de bacalhau son un aperitivo muy popular en Portugal, donde el bacalao es casi religión. Estos pasteles -salados- son como unas croquetas cuya base es puré de patatas, en vez de bechamel. Son fáciles y rápidos de preparar, y el resultado es espectacular.
Éstas son las cantidades para unos 20 pasteles:
- 500 gramos de bacalao, en tiras
- 5 patatas medianas
- 3 huevos
- ½ cebolla
- 1 manojo de cilantro o perejil
- Sal y pimienta
- Aceite para freír
1.- Si podemos, compramos el bacalao ya desalado, al punto de sal, y en tiras. Si no lo encontramos desalado, tendremos que desalarlo. Para ello, lo tenemos en agua durante unas 48 horas, en la nevera, cambiando el agua al menos cada 12 horas. Una vez desalado lo sacamos y lo colocamos sobre papel absorbente para que se seque y eliminar todo el agua posible.
2.- Preparamos las patatas: simplemente hay que cocerlas en una olla con abundante agua y dejarlas unos 25 ó 30 minutos, algo más de lo habitual, puesto que después tendremos que machacarlas con un tenedor.
3.- Picamos la media cebolla y la freímos ligeramente en una sartén con un poco de aceite; antes de que empiece a dorarse la retiramos y reservamos en un cuenco.
4.- Partimos el bacalao, ya seco, en trozos pequeños -si es posible similares a los de la cebolla- y freímos ligeramente en la misma sartén, apenas un par de minutos, lo suficiente para que tome color blanco. Reservamos también, en el mismo cuenco que la cebolla.
5.- Batimos los tres huevos.
6.- Picamos muy menudo el cilantro o el perejil, la aromática que prefiramos.
7.- Integramos todos los ingredientes: empezamos pelando las patatas, las cortamos en trozos medianos y las colocamos en un bol grande, en el que las aplastamos con un tenedor; se trata de aplastarlas, no de batirlas con la batidora, para que luego nos quede la textura deseada (no debe ser un puré). Una vez aplastadas, añadimos el bacalao, la cebolla, los huevos y el perejil o cilantro. Salpimentamos al gusto y mezclamos bien todos los ingredientes para que quede una masa uniforme.
8.- Finalmente solo nos quedará freír los pasteles; para ello calentamos aceite (oliva virgen extra) abundante en una sartén y vamos friendo los pasteles sin echar muchos a la vez para que no se enfríe el aceite. Para dar forma a los pasteles utilizaremos dos cucharas y vamos formando los pasteles de forma alargada, pasando la masa de una a otra cuchara. Una vez formados, los ponemos en la sartén y freímos por todos lados hasta que estén dorados.
9.- Una vez fritos los sacamos y colocamos sobre papel de cocina absorbente para retirar el exceso de aceite.
10.- Ideal es comerlos calientes.
11.- Una delicia.