Costillas en adobo

Todos tenemos algún secreto. Algo que ocultar a los demás, por vergüenza o miedo. Os voy a confesar el mío. Cuando cierro los ojos, yo viajo en el tiempo y soy capaz de estar a la vez en todos los momentos que me han sido concedidos.

Al cerrar los ojos se agolpan ante mí todos los rostros de las personas que he conocido y conoceré a lo largo de mi vida escucho gritos y susurros todo a la vez de tal forma que el ruido es indescifrable y el dolor en mi cuerpo insoportable al igual que el placer frío y a la vez calor duermo pero también estoy despierto el olor a césped o a mar se mezclan con el sabor de mis platos preferidos como el gazpacho las alubias guisadas o las costillas en adobo todo se agolpa en mi cabeza desde el instante en el que cierro los ojos incluso para parpadear estoy en el momento de mi nacimiento a la vez que en el de mi muerte como una secuencia congelada de la que no puedo salir.

Me aterra cerrar los ojos. Ése es mi secreto. Por favor, no se lo contéis a nadie.

Receta de costillas en adobo

Ojalá pudiera separar el olor y el sabor de estas costillas en adobo, sin duda una de nuestros platos favoritos. Además es una receta económica, fácil y una apuesta segura para triunfar.

Ingredientes:

  • 1,5 kg. de costillas de cerdo, carnosas.
  • 1 litro de vino blanco para guisar
  • 3 hojas de laurel
  • 1 cucharada de postre de pimienta negra en grano
  • 4 ó 5 clavos
  • 1 cucharadas sopera de pimentón dulce
  • 1 cucharadas sopera de orégano
  • 5 ó 6 dientes de ajo

1.- Al comprar las costillas, pedimos al carnicero que sean carnosas y que nos las corte para guisarlas, para que cojan bien el adobo.

2.- Aconsejamos que las costillas estén en el adobo unas 48 horas antes de guisarlas, por lo que las pondremos a marinar dos días antes.

3.- Salamos las costillas y en un tupper grande ponemos un litro de vino blanco de guiso, tres o cuatro hojas de laurel cortadas en pedazos, una cucharada de pimienta negra en grano, cinco clavos, una cucharada de pimentón dulce, una de orégano y cinco o seis dientes de ajo machacados. Removemos bien para que se disuelva un poco el pimentón y añadimos las costillas. Tapamos y dejamos en la nevera unas 48 horas.

4.- Si queremos, si abrir el tupper podemos mover de vez en cuando el adobo, para asegurarnos de que llega bien a todas las costillas.

5.- Transcurridos los dos días, vertemos todo el conjunto en una olla y calentamos a fuego medio, sin prisa, hasta que la salsa espese y quede pegada a la carne de las costillas. Calentamos sin prisa, ya que cuanto más tiempo estén cociendo, más tiernas quedarán las costillas.

6.- No olvides servirlas acompañadas de patatas fritas caseras y un buen pan para mojar la salsa.

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