Camarão (o langostinos) con miel y lima

En la cocina podemos buscar el predominio de un ingrediente o bien el equilibrio entre varios productos y condimentos para que cada uno aporte matices al resultado final sin la prevalencia de ninguno de ellos. Éste sería el caso de esta receta de langostinos, en la que el equilibrio entre la miel, el zumo de lima y la malagueta es la clave para alcanzar un resultado sutil y sorprendente.

El equilibrio, como las matemáticas, está en la base de todo y es la barra que nos ayuda a mantenernos como funambulistas en el alambre del tiempo, en esa frágil cuerda que nos conduce desde el no-ser hasta el ser-estar y de nuevo al no-ser.

Como individuos, pero también como especie. El distanciamiento cada vez mayor de la especie humana del entorno natural, de nuestro hábitat originario, ha provocado que la supervivencia ya no dependa sólo de los recursos del planeta, sino también de un complejo, invisible e imperceptible equilibrio entre producción, fabricación, transformaciones, manipulados y consumos de esos recursos disponibles y agotables. Y ese equilibrio es en realidad tan frágil que una pequeña alteración, un agente no previsto, un nuevo elemento que altere aunque sea levemente las reglas del juego, convierte el equilibrio en dependencia y genere una situación de crisis.

Y sin embargo, en este engranaje los roles dominantes ignoran la importancia del resto de piezas para que éste funcione, y tienden a la asfixia al principio ajena, pero con el paso del tiempo, según se extinguen los diferentes y los recursos, también a la propia, hasta que roto el alambre, solo queda caer al vacío como una lluvia de naipes de un castillo que parecía indestructible.

Algunos estudios cifran en el 99% el porcentaje de especies que se han extinguido a lo largo de la historia de la Tierra; en la actualidad se estima que el número de especies existentes es de 8,7 millones, pero que en los últimos 40 años la Tierra ha perdido el 58% de sus animales.

Las matemáticas, como el equilibrio, están en la base de todo y explican el universo de forma irrefutable.

Receta de camarao (langostinos) con miel y lima

Para macerar los langostinos:

  • 1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharada sopera de soja
  • El zumo de dos limas
  • 1 cucharada sopera de miel
  • Sal

Langostinos: unos 100 gramos por persona.

1.- Pelamos los langostinos (si queremos, podemos dejar la cola) y los colocamos en el recipiente en el que los vayamos a macerar.

2.- Incorporamos todos los ingredientes para la maceración, tapamos y dejamos en la nevera durante al menos treinta minutos.

3.- Una vez transcurrido el tiempo deseado de maceración, cubrimos el fondo de una sartén antiadherente con un poco de aceite de oliva, calentamos y freímos cuatro dientes de ajo pelados y laminados, junto con dos guindillas (en el caso de que no deseemos mucho pique, tan solo una).

4.- Antes de que empiecen a dorarse los ajos incorporamos los langostinos, que previamente habremos escurrido, para que se doren por ambos lados, como hecho a la plancha.

5.- Una vez marcados los langostinos, incorporamos todo el líquido de la maceración y cocinamos a fuego medio-fuerte hasta que la salsa espese.

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