Arroz con pato

Arroz con pato en Comer con los Esteban

“Jabalíes, zorros, pavos, patos y otros animales toman la ciudad”.

Con titulares como éste, que tan frecuentes han sido durante el periodo de confinamiento a causa de la pandemia de la Covid19, nos invade siempre una especie de nostalgia por un mundo en el que la distancia que en la actualidad separa a la especie humana del resto de seres vivos no era una frontera absoluta e infranqueable, sino que más bien existía una suerte de continuum en el que todas las especies formaban parte del mismo universo en una relación e intercambio constantes.

No cabe duda de que la especie humana no ha existido siempre y casi nos atreveríamos a asegurar que es más que probable que llegará un día en el que se extinga, por lo que el antropocentrismo y la supremacía del hombre respecto al resto de especies carecen de toda base. La supremacía, en cualquiera de sus derivas, conlleva una concepción del mundo basada en el poder sobre el otro, en la distancia, en niveles a distintas alturas, y esto genera separación, desunión y falta de empatía.

Incluso la expresión “el hombre procede del mono” transmite en cierto sentido ese distanciamiento de la especie humana respecto al resto de especies, frente a una concepción de un mundo diverso en el que somos una especie más en un planeta en el que habitamos junto a más de otros 7 millones de especies. Y casi nos atreveríamos a asegurar que en un universo en el que existen quién sabe cuántos miles de millones de especies más.

Frente a la supremacía se erige el amor, pero no el amor excluyente heredado de la tradición cristiana, ese amor one-to-one exclusivo de hombre y mujer, como si estos conceptos no fueran también relativos o al menos, secundarios. Frente a ese amor exclusivista y negacionista de la diversidad infinita, existe el amor plural, múltiple, el poliamor como vía para retornar a ese mundo en el que todo sea un continuum en el que también amar -por qué no- a las piedras, a las plantas, a los animales…

Quizás uno de los mayores errores que hayamos cometido sea utilizar la palabra amor casi exclusivamente en singular. Reivindiquemos lo plural, siempre.

Aunque las ciudades por lo general están casi vacías de animales o al menos de animales visibles, el mundo no es nuestro. Como seres vivos, la alimentación forma parte del intercambio energético con nuestro entorno pero como en tantas y tantas cosas, la actitud nos inclina a una senda u otra. Sirva esta receta para dejar constancia de nuestro amor a los patos… y a los jabalíes, y a los zorros, y a los pavos, y al arroz…

Receta de arroz con pato

Se trata de una receta portuguesa en la que una de las claves es acabar de cocinar el arroz al horno, para conseguir la textura deseada y aunque es un poco laboriosa, podemos agilizar la preparación si el día anterior cocemos y preparamos las pechugas de pato.

Ingredientes para 4 personas:

  • 2 pechugas de pato
  • 1 chorizo (a ser posible, con poca grasa, en el que haya mayor proporción de carne).
  • 150 gramos tocino ahumado (en un trozo)
  • 3 dientes de ajo
  • 1 cebolla
  • Arroz (de grano largo y de calidad)
  • Medio vaso de vino tinto
  • Aceite de oliva
  • Laurel
  • 1 tomate maduro rallado
  • Pimienta
  • Pimentón (media cucharada)

1. En un cazo ponemos las dos pechugas de pato, la mitad del chorizo, el tocino ahumado, dos o tres hojas y el vino tinto. Cubrimos todo con agua, salamos ligeramente y cocemos durante 45 minutos.

2. Colamos y reservamos el caldo de cocción del pato.

3. Esperamos a que la carne se enfríe y desmenuzamos las pechugas de pato, cortamos el chorizo en rodajas y el tocino en cubos. Reservamos

Nota: los pasos anteriores los podemos realizar el día anterior.

4. En una cacerola ponemos 3 cucharadas soperas de aceite, lo calentamos y añadimos el ajo y la cebolla. Sofreímos durante dos o tres minutos y antes de que empiece a dorarse incorporamos el tomate natural rallado. Freímos todo el conjunto durante unos tres minutos más, aproximadamente.

5. Con el tomate ya frito, incorporamos el pato desmenuzado, el chorizo (de la cocción) y el tocino en dados. Mezclamos un par de minutos.

6. Agregamos un poco de caldo y cocemos durante otros dos o tres minutos.

7. Añadimos entonces el arroz (400 gramos) mezclamos bien e incorporamos 400 ml de caldo, la media cucharada de pimentón, sal y pimienta al gusto. Ponemos el fuego al máximo pero cuando empiece a hervir, lo bajamos y dejamos cocer durante 10 minutos. 

8. Transcurridos esos 10 minutos colocamos el arroz y el resto de los ingredientes de la cacerola en una fuente para horno. Corta el chorizo restante en rodajas y lo distribuimos sobre el arroz para decorar.

9. Horneamos a 170º C durante 15 minutos y estará listo para servir y disfrutar, siempre desde el respeto 😉

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